México y la guerra de las pizarras

No, no era Medio Oriente. Esto era Oaxaca este fin de semana. Foto: José Carlos Dávila

Nueve muertos, más de un centenar de heridos, colegios paralizados, carreteras bloqueadas y un escenario de guerra campal. ¿Qué ha pasado esta semana en México y qué nuevo drama se ha cocinado en sus tierras?

En la TV nos mostraban a la abnegada Maestra Jimena o el dedicado Profesor Jirafales. Pero fuera de la ficción México, como muchos países latinoamericanos, mantiene un sistema educativo de pobrísimo rendimiento. La abnegación y dedicación resultan insuficientes cuando los mecanismos para aprovecharlos son inadecuados. Este problema de base permitió la aprobación de la reforma educativa buscada por el gobierno de Peña Nieto en 2013. La médula de esta reforma es la evaluación de maestros, donde quienes pasan la evaluación se quedan y quienes no, “pos no”.

Póngale cero, profesor. Foto: Televisa

¿”Pos no”? Y ahora … ¿quién podrá ayudarlos?

Las condiciones de la reforma movilizaron al CNTE, el sindicato de maestros mexicanos. Diversas protestas y huelgas estallaron a lo largo de este país. El principal cuestionamiento es que los estándares de la evaluación de maestros no podían ser los mismos para todos, porque la realidad de un maestro de la capital no era la misma que la de uno en la alejada Chiapas o la multilingüística Oaxaca, donde junto con el español conviven idiomas precolombinos como el mixteca, el zapoteca, o el mazateca. Oaxaca además es uno de los estados más pobres de México y el de menor rendimiento educativo.

Las líneas negras representan qué porcentaje de los alumnos clasifica en el rendimiento más bajo. La visiblemente más larga es de Oaxaca. Imagen via: gppreview.com

Es justamente en Oaxaca donde la huelga contra la reforma ha tomado su encarnación más intensa. Los reclamos sobre la reforma se suman las diferencias ideológicas entre la derecha neoliberal de Peña Nieto y la izquierda pro-revolucionaria que maneja el CNTE.

Las protestas fueron ignoradas inicialmente por el gobierno, y antes que esto las extinguiera, las hizo escalar. Bloqueo de carreteras y de oleoductos fueron respondidos por el gobierno con el encarcelamiento de líderes sindicales. Esto aumentó más la temperatura del caldero, causando que las manifestaciones aumentaran en número y también en violencia. El gobierno de Peña Nieto anunció que la represión de estas manifestaciones se llevaría a cabo sin usar armas de fuego. La realidad desmintió sus palabras: entre los muertos de los enfrentamientos con la policía el domingo 19, muchos fueron por heridas de bala, pero también por manipulación de artefactos explosivos.

Si no hay solución… Foto: sipaz.wordpress.com

La CNTE ha llamado a diversas organizaciones internacionales como la OECD o la CIDH a intervenir en el conflicto y, por lo pronto, han logrado entablar conversaciones iniciales con el gobierno sobre los puntos que intentan conseguir tras las protestas y sus lamentables consecuencias. Las fuerzas de oposición política a Peña Nieto han anunciado una marcha pacífica y multitudinaria el próximo domingo en la capital federal. México se enfrenta a otro flanco más de violencia en su territorio, y en este siglo en vez de superar los problemas pendientes, parece coleccionarlos uno tras otro.