Dictadura a fuego lento en Venezuela

Andrés Paredes
Relaciones Internacionales y otros conteos regresivos
Casi 20 años de chavismo.
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La ruptura del orden constitucional y del Estado de Derecho no deberían sorprendernos si hacemos caso a la aspiración de perpetuidad del «Socialismo del siglo XXI» que comenzó Chávez. Con o sin apoyo popular, ciertas «revoluciones» creen poseer la prerrogativa mesiánica de imponer su proyecto a los demás. Y cuando se promete una utopía, tarde o temprano cualquier atropello pasa a justificarse si salvaguarda la revolución, cualquier disensión se convierte en traición reaccionaria, y cualquier mecanismo de contrapeso al poder en un obstáculo a eliminar.
¿Qué le espera a Venezuela?

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Sin lugar a duda, la anulación del Legislativo servirá para que la cúpula gobernante permanezca en el poder todo el tiempo posible. El desastre económico, la ineptitud en administrar la gigantesca riqueza venezolana, la pauperización de la sociedad, la corrupción sin precedentes de la clase gobernante, y la violencia rampante en las calles juegan en contra de cada segundo de permanencia chavista en el poder, por lo que han decidido cerrar la puerta, atrincherarse, bloquear con el mobiliario la entrada y mantener afuera la ola que los puede arrasar.

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También es necesario recordar que el régimen chavista está a solo dos años de cumplir 2 décadas en el poder. Hay generaciones en Venezuela que solo han conocido el control político bolivariano desde que han nacido hasta alcanzar la mayoría de edad. El control absoluto de los poderes políticos, de las fuerzas armadas, y de la enorme riqueza natural de Venezuela pueden constituirse en una fórmula para prolongar indefinidamente el control autocrático bolivariano.
Es muy posible que se transforme en una siguiente Cuba, pero en su versión llena de petróleo y con una geografía pródiga en recursos para gastar. Si es así el régimen actual solo caerá ablandado, podrido y doblado por el peso de sus errores, dentro de un plazo indefinido.
Por el bien de los vecinos venezolanos esperemos un cambio pronto. Epílogos pacíficos como elecciones anticipadas a la luz de la fuerza de los acontecimientos o una implosión no violenta del régimen serían grandes noticias, aunque vista la ceguera, sed de poder y puño de hierro de los actuales amos de Caracas, parecen poco probables.
Más procrastinación
