noticias , Tierra Uno Martes, 25 octubre 2016

Venezuela, hacia la dictadura y más allá

Últimos tijeretazos para entallar una dictadura (imagen laloquera.com)

Últimos tijeretazos para prolongar un proyecto fallido en el poder (imagen laloquera.com)

Venezuela dejó abiertamente a un lado la categoría intermedia de “autoritarismo competitivo” que la definía. Con la suspensión del referéndum revocatorio, el impedimento de salida a los líderes de la oposición y el asalto de turbas políticas al Parlamento, se han ido los últimos vestigios de formalidades institucionales. Oficialmente ha pasado a continuar la tradición de las dictaduras tropicales, lo que no es un giro sorprendente sino la continuación de una tendencia del actual régimen. La vocación de perpetuidad siempre fue inherente al “socialismo del s.XXI”, que usó la democracia como un mecanismo coyuntural para cocinar otra versión de la “dictadura del proletariado”.

Uargh. Muerrrte al capitalismo. (imagen: The Simpsons)

Uargh. Muerrrte al capitalismo. (imagen: The Simpsons)

Esta versión de socialismo, a diferencia de sus primos de la socialdemocracia, es de las que nunca se pudo sacudir del legado de Lenin, a quien a veces carga como un huésped invisible, otras veces consciente pero secretamente y en ocasiones con orgullo. El lado leninista los obliga, una vez instalados en el poder, a perpetuarse por las buenas o las malas en él. Todo se hace en nombre de un paraíso prometido, que justifica cualquier vía. Con Venezuela se contaba para el nuevo experimento con un rico estado petrolero que además atravesó largos períodos de auge del precio del crudo. Pero el resultado después de casi dos décadas ha sido la conversión de uno de los más prósperos países de la región a uno con las peores perspectivas de Sudamérica.

Aunque se puede mirar al actual mandatario, Nicolás Maduro, como el responsable principal del desastre, él  solo es una prolongación del fallecido autócrata Hugo Chávez. La desconexión con la realidad en pos de una utopía, solo ejecutable con mano férrea y desintegrando todos los escollos posibles, determinó el actual fracaso venezolano antes que Maduro moviera un solo dedo. El presidente que habla con los pajaritos se ha limitado a ser una versión más irresponsable y menos carismática de su antecesor.

Ojalá los pajaritos dieran consejos sensatos. Pero no. (imagen terra.com)

Ojalá los pajaritos dieran consejos sensatos. Pero no. Todos le hablan con la voz de Chávez (imagen terra.com)

Escenarios para Venezuela

El futuro de Venezuela se ve cada vez más incierto, dentro de antagonismos cada vez más abismales, alimentados desde la época donde Hugo Chávez puso a una parte de la población como enemiga de la otra, con pretextos de clases económicas. El referéndum revocatorio era la más reciente aunque exigua esperanza de tratar con los anhelos de cambio de una creciente mayoría de venezolanos. Con esa salida tapiada el país llanero se convierte en una olla de presión donde es difícil predecir el resultado. Las últimas voces moderadas dentro del chavismo acaban de perder todo piso, mientras que las opciones más beligerantes en la oposición han sido alimentadas. A pesar que se han abierto mediaciones papales y canales de diálogo, éstas medidas claramente son solo parches temporales.

Represión, estancamiento, desabastecimiento, corrupción, inseguridad, colas, hambre (imagen aljazeera.com)

Represión, estancamiento, desabastecimiento, corrupción, inseguridad, colas, hambre (imagen aljazeera.com)

La situación es tan sombría que mantener un desgastante statu quo por varios años de “negociaciones-parche” con el país sumiéndose cada vez más en la ruina no es lo peor que podría pasar. Las opciones de un golpe de estado o uno peor, el de un levantamiento civil armado, son altamente peligrosas. El chavismo cuenta no solo con altos mandos militares engreídos con beneficios legales e ilegales (la corrupción monstruosa dentro de Venezuela es un tema aparte), sino también sectores armados de la población bajo su mando. La oposición perdería el flanco de la resistencia pacífica y democrática, como ya lo experimentó en el fallido golpe de 2002, de donde Chávez salió con más poderes y facultades autocráticas. De suceder y fracasar de nuevo un levantamiento daría combustible para muchos más años del actual régimen. De no tener un ganador decisivo hasta podría desembocar en una guerra civil que, aunque es muy poco probable, sería otro desenlace aterrador.

Las cosas ya están al rojo vivo en Venezuela. Sin un referéndum esperemos que no desemboquen en los peores escenarios (imagen lapatilla.com)

Las cosas ya están al rojo vivo en Venezuela. Sin un referéndum esperemos que no desemboquen en los peores escenarios (imagen lapatilla.com)

A falta de la vocación del régimen de una transición pacífica, un escenario mejor pero también incierto, es que la dictadura venezolana implosione y se derrumbe sola por su propia debilidad. Sobre esto cabe recordar que eso se creía que pasaría con Cuba después de la caída de la URSS, y décadas después continúa en el mismo estado. La posibilidad que Venezuela se estanque en un escenario similar, la fosilización por décadas al estilo cubano, no es del todo descabellada. Esperemos que el siguiente paso no sea suspender o amañar las elecciones de 2019.

Andrés Paredes

Relaciones Internacionales y otros conteos regresivos