Tierra Uno Jueves, 17 septiembre 2015

Chapa tu mapa (1): Si quieres entender al «Medio Oriente», te presentamos el Magreb

Andrés Paredes

Relaciones Internacionales y otros conteos regresivos

Las numerosas noticias de conflictos y crisis en el “Medio Oriente” se superponen unas sobre otras a través de los años y, para quien solo ve muy casualmente las noticias internacionales, llegan a conformar una pasta injustamente estereotipada y uniforme.

Esta vez vamos a explayarnos un poco (aunque solo sea en realidad un rápido vistazo) para entender mejor esta parte del mundo, donde converge el peso de Europa, Asia y África. Comenzamos con Chapa tu mapa en TierraUno.

Elaborado por la casa para este primer viaje de Chapa tu Mapa

Elaborado por la casa para este primer viaje de Chapa tu Mapa

Antes que nada para Chapa tu Mapa lo esencial es que le des un vistazo atento. Vamos a realizar un viaje desde la izquierda hasta la derecha del mismo.

EL MAGREB

Lo primero que se puede observar es que el término “Medio Oriente” es usado muchas veces para países no “tan” al Oriente. Muchos de estos se ubican en el Norte de África, en una región conocida como Magreb, bañado por el Mediterráneo en sus costas norteñas y cubierto por el Sahara en sus extensos terrenos interiores. Los principales países magrebíes son Marruecos, Argelia, Túnez y Libia (hemos omitido a Mauritania o Sudán, magrebíes pero sin acceso al Mediterráneo). Comparten la misma rama del Islam, sunnita, y la misma lengua, el árabe.

 

El Reino del Oeste: Marruecos

El Reino de Marruecos es gobernado por la dinastía alauí desde el siglo XVII, aunque fue un protectorado francés por unas décadas hasta 1956. Actualmente es una monarquía parlamentaria con Mohammed IV a la cabeza. Si bien el rey concentra muchas facultades (una aristocracia hereditaria maneja los asuntos centrales y la democracia falla en la separación de poderes) para los estándares de la región están avanzados a nivel institucional: se permiten diversos partidos políticos, se garantiza la libertad de culto, los derechos para las mujeres avanzan poco a poco y el monarca está empeñado en evitar que el integrismo religioso avance.

Marruecos posee una mayoría árabe pero una tercera parte de la población es bereber, anterior a la llegada del Islam.  Ocupa de manera ilegal desde 1975 el territorio del casi despoblado Sahara Occidental (en rojo), donde se enfrenta a las fuerzas del Frente Polisario, quienes luchan por la independencia de esta excolonia española con el apoyo de Argelia, que ve al Sahara Occidental como una futura salida al Atlántico.

Argelia buscando el Atlántico a través de la ocupada Sahara Occidental "Con permisito dijo Monchito"

Argelia buscando el Atlántico a través de la ocupada Sahara Occidental «Con permisito dijo Monchito»

Dos guerras fueron suficientes: Argelia

Ocupada y colonizada por Francia desde 1830, Argelia logró su independencia tras una cruenta guerra con la metrópoli en 1962. Gobernado tras su liberación por un régimen socialista y laico de partido único,  Argelia celebró elecciones multipartidarias en 1990. Para consternación del gobierno, el Frente Islámico de Salvación (FIS) arrasó con los resultados en los gobiernos locales. El FIS era un partido integrista se proponía volver a Argelia un país regido por la sharia, la ley religiosa del Islam, mientras denunciaba la corrupción y decadencia del gobierno socialista.

Cuando en 1991 el FIS ganó las elecciones parlamentarias por aluvión, el Ejército argelino decidió que había sido suficiente experimento democrático y decidió declarar nulo el proceso. Una cruenta guerra civil se prolongó hasta 2002  con un saldo de 200 mil muertos. Las fuerzas oficialistas resultaron triunfantes, pero la democracia argelina nunca se consolidó del todo: el actual presidente Bouteflika fue reelegido en 2014 para un cuarto período con un 83% en medio de acusaciones de fraude.

Se respira un ambiente de inmovilidad e inercia política que algunos dicen es engañoso. Lo cierto es que tras terminar una sangrienta guerra civil, Argelia no resultó muy movilizada por la Primavera Árabe que estalló en Túnez.

 

La chispa de la Primavera Árabe: Túnez

La antigua Cartago fue, como Marruecos, un protectorado francés desde 1881 hasta 1956. Al obtener su independencia con pocos incidentes, Túnez fue gobernado por el dictador Habib Bourguiba, quien fue proclamado Presidente Vitalicio en 1975. La debilidad de su salud fue aprovechada por su Primer Ministro, Ben Alí, quien lo derrocó en 1987. Ben Alí estableció un régimen corrupto, con una red de familiares y amigos que hacían usufructo de las empresas estatales y se encargaban de cobrar cupos a inversionistas extranjeros y empresas locales.

Ben Alí   se reelegía con 99% de los votos en varios procesos electorales más que sospechosos hasta 2011. Un joven ambulante, Mohammed Bouazizi, se prendió fuego al confiscársele su mercadería por falta de permisos del régimen. Bouazizi murió por las quemaduras, pero el fuego que encendió se propagó rápidamente por las masas descontentas de Túnez. La Primavera Árabe había comenzado. La revuelta popular que luego se expandió a otros países de la región, derrocó a Ben Alí, quien huyó de la justicia asilándose en Arabia Saudita.

Túnez, bien peinadito en medio del Mediterráneo. (mapa de jdc.org)

Túnez, bien peinadito en medio del Mediterráneo. (mapa de jdc.org)

Túnez fue el único caso de un resultado positivo de la Primavera Árabe: la caída de Ben Alí trajo consigo la instauración de una democracia liberal, quizá ayudada por la condición previa de un buen nivel de alfabetización y PBI per cápita. Este destino afortunado lo puso en la mira del Daesh (Estado Islámico), cuando recientemente reivindicó una sangrienta masacre de turistas en ese país. Y a diferencia de Túnez, para otros países árabes, como Libia, la Primavera Árabe solo significaría la caída de un autócrata para la instauración de una sangrienta anarquía.

 

Donde era posible algo peor que Gadafi: Libia

No es que lo extrañemos. Pero el remedio no resultó el mejor. Foto: sentadoatrás.

No es que lo extrañemos. Pero el remedio no resultó el mejor. Foto: sentadoatrás.

Parte del Imperio Otomano hasta comienzos del siglo XX, tuvo una corta colonización italiana de 1912 hasta la Segunda Guerra Mundial, para luego convertirse en un reino independiente en 1950 y, desde 1969, ser gobernado por la dictadura del entonces joven e impetuoso coronel Gadafi. Las considerables reservas de petróleo convirtieron a Libia en una nación muy rica, lo que le permitió financiar una serie de variadas iniciativas para expandir la influencia libia, desde obras humanitarias, intervenciones militares en Uganda o Chad, hasta actos terroristas. A pesar de su riqueza energética, la escasa población libia fue uno de los impedimentos para que se convirtiera en el líder el mundo árabe o de África, como quiso en diversos momentos Gadafi.

En la década de 1980 Gadafi, cercano a la URSS, fue considerado el principal enemigo árabe de los EEUU y ocupó un lugar similar al que tendría Saddam Hussein en los 90s. Los norteamericanos bombardearon Trípoli en 1986, evento en el que murió una hija del mandatario.

Gadafi cesó poco a poco su beligerancia con la gran potencia y se mostró como un eventual colaborador de la misma, sobre todo desde los atentados del 11-S. El gobernante salió de la lista de villanos mediáticos de los norteamericanos, mientras el poder poco a poco lo convertía en un ser de costumbres extravagantes y más propenso a los abusos contra su población.

Cuando estalló la Primavera Árabe en el vecino Túnez, casi ningún analista previó que pudiera calar profundamente en Libia. Pero parte de la población cansada de más de 40 años gobernados por un personaje demencial y represivo, se alzó contra el régimen. La respuesta de Gadafi fue brutal, usando hasta descargas de artillería contra los barrios donde se manifestaba abiertamente el descontento. Lejos de amedrentarse, los libios supieron que no había marcha atrás y la guerra llegó a un desenlace rápido y brutal, con ayuda de bombardeos occidentales. Gadafi fue capturado, vejado y asesinado ante los ojos del mundo. El dictador había caído y llegaba una nueva era a Libia, mucho peor que la anterior.

A la izquierda, los integristas de Amancer Libio, a la derecha el gobierno internacionalmente reconocido, y en medio un puesto de avanzada del Daesh (Estado Islámico) pietervanostaeyen.files.wordpress.com

A la izquierda, los integristas de Amanecer Libio, a la derecha el gobierno internacionalmente reconocido, y arriba en medio un puesto de avanzada del Daesh (Estado Islámico) pietervanostaeyen.files.wordpress.com

La Primavera Árabe que derrocó a Gadafi destruyó la cohesión territorial de Libia. El arsenal del bien apertrechado ejército se repartió entre traficantes, mercenarios y facciones guerreras del país o de otras repúblicas del continente como Malí, Níger o Nigeria.  El gobierno internacionalmente reconocido perdió el control de la capital y la mayor parte del país, manteniéndose hasta la fecha en sus puntos fuertes del este. La coalición de integristas islámicos agrupados en “Amanecer Libio” controla Trípoli y el oeste del país. En el medio de ambos, en los alrededores de la ciudad de Sirte, el Daesh se ha hecho fuerte y amenaza expandirse.

En un patrón que es común en otras situaciones de la región, la autocracia de Gadafi (al igual que en Argelia, Siria o Irak)  se caracterizaba por intentar lograr una sociedad más laica y alejada de la influencia más extrema del Islam. Los derechos de la mujer avanzaron mucho en su conservadora sociedad, así como la libertad de culto y una serie de beneficios sociales. Un enemigo interno mantenido a raya por Gadafi era el integrismo musulmán, que busca unificar la política y la religión en un solo campo indistinguible uno del otro. Los integristas no son un solo grupo sino muchas ramas, desde los extremos como Al Qaeda o el Daesh, hasta relativamente moderados, como la influyente Hermandad Musulmana, que fue uno de los focos académicos del integrismo forjado en el corazón intelectual y cultural del mundo árabe, Egipto.

Y con Egipto ya entramos al «verdadero» Medio Oriente… pero esa será la próxima entrega de Chapa tu mapa, aquí, en TierraUno.

Andrés Paredes

Relaciones Internacionales y otros conteos regresivos