internacionales , Tierra Uno Lunes, 20 julio 2015

3 preguntas sobre el histórico final de la enemistad EE.UU. – Cuba

"¡Llegaron las remesas, asere!" foto: Univisión

«¡Llegaron las remesas, asere!» foto: Univisión

Cuba y EE.UU. como enemigos «es taaan siglo XX»

La enemistad entre EEUU y Cuba, un vestigio de la Guerra Fría, al fin se desmonta poco a poco. Desde hoy las relaciones entre ambos países vuelven, al menos en lo formal, al nivel de 1961. La  embajadas cubana en Washington abre otra vez sus puertas, comenzando un nuevo capítulo que se propone superar más de medio siglo de rivalidad. Lo que debe llamar a sorpresa es lo tardío de este paso: ha tenido que transcurrir un cuarto de siglo desde el fin del bloque soviético y la lógica de un mundo bipolar en que se apoyaba esta situación.

 

¿Cuál era la postura gringa?

Las relaciones se rompieron en 1961 y solo los separan 150 km.. Foto: Alberto Korda

Las relaciones se rompieron en 1961, antes que la mayoría de los que leen este post nacieran.   Foto: Alberto Korda

Después que la URSS desapareciera en 1991, EEUU esperó que Cuba pasara por los mismos cambios democratizadores que sus primos ideológicos en Europa Oriental. Pero esto nunca sucedió. Fidel Castro era a la vez suficientemente fuerte para permanecer como una columna superviviente en medio del templo destruido del comunismo, y a la vez lo suficientemente viejo como para aplicar el viraje oportuno que le diera un respiro a la isla, cambiando un discurso que fuera su combustible político por décadas.

Los  EEUU, que en los noventas experimentaban una etapa triunfante y de absoluta supremacía mundial, intentaron forzar la caída del régimen de Castro haciendo más duro el bloqueo económico que ya aplicaban a ese país. Entre 1992 y 1996, tanto en la presidencia republicana de Bush padre como la demócrata de Clinton, las leyes Torricelli y Helms-Burton apretaron con fuerza el pescuezo cubano. Pero, como suele pasar con estas medidas en gobiernos de dictaduras férreas, el régimen no se vio mortalmente debilitado mientras que el pueblo sufrió las consecuencias.

 

¿Cómo se fueron suavizando las relaciones?

Lo más duro en Cuba fue el famoso "período especial". Los balseros aumentaron. Foto: Butacaancha

Lo más duro en Cuba fue el famoso «período especial» al caer la URSS. Los balseros aumentaron. Foto: Butacaancha

Con la llegada del nuevo siglo la situación parecía prolongarse indefinidamente. En el mundo post 11 de Setiembre a Cuba le tocó continuar en el papel de enemigo de los EEUU dentro de un mundo dividido en “buenos y malos” por Bush hijo. La rivalidad cubano-estadounidense parecía permanecer congelada como un glaciar superviviente de la Guerra Fría por un tiempo más. Pero cuando el clima cambia, tarde o temprano el paisaje también. La política de Barack Obama, en el gobierno de los EEUU desde 2008, era la opuesta a la de su antecesor en cuanto a tratar con el resto del mundo. En el mismo año en Cuba, la vejez de Fidel Castro lo forzó a pasar al retiro tras casi medio siglo de gobernar la isla, delegando el mando a su hermano Raúl. Aunque el nuevo autócrata cubano no representó un cambio sustancial, la isla comenzó a experimentar algunas reformas menores en cuanto a libertades económicas y aligeramiento de una línea política dura.

Las conversaciones entre ambos países para una reaproximación comenzaron lenta y discretamente entre sus nuevos gobiernos, y luego recibió un impulso importante por la intermediación del Papa Francisco, lo que ambas partes acabaron confirmando. El 17 Diciembre de 2014, Obama y Raúl Castro anunciaron simultáneamente el restablecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales. Obama declaró públicamente que «(…) intentar empujar a Cuba al colapso no beneficia los intereses de Estados Unidos ni los de los cubanos. » mientras que Castro destacó “(…) los progresos alcanzados en los intercambios sostenidos demuestran que es posible encontrar solución a muchos problemas.” Los dos países reforzaron este acercamiento al intercambiar espías encarcelados y anunciar la reapertura de sus embajadas, lo que ha sucedido el día de hoy.

 

¿Y ahora qué?

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La bandera cubana en su embajada de Washington, tras casi medio siglo foto: AP

 

 

En ambos lados del estrecho de la Florida se sabe que esta aproximación no representa un cambio fundamental en las diferencias sustanciales: el gobierno de Cuba no tiene ninguna intención de implementar libertades políticas fundamentales o elecciones libres y en los EEUU no hay muchas señales que vaya a cesar lo fundamental de las sanciones económicas y comerciales que ejecuta sobre la isla, a pesar que con el acercamiento se haya disminuido la presión en temas como transferencia de remesas de EEUU a Cuba o intercambio de algunos bienes. Tampoco se ha tocado de alguna manera el tema de la base en Guantánamo, pedazo de Cuba bajo dominio norteamericano donde se encuentra una infame prisión donde los EEUU han permitido torturas sistemáticas.

El lento cambio de las relaciones cubano-norteamericanas quizá no tenga vuelta atrás, ya que la estructura que sostenía la antigua rivalidad, el enfrentamiento de los dos bloques mundiales de la posguerra del siglo XX, es un capítulo cada vez más lejano de la historia. A pesar de su influencia en países como Venezuela, que le ha servido como fuente de oxígeno por más de una década, Cuba ya no tiene como meta principal exportar el socialismo o movimientos revolucionarios en América Latina. Por el lado de los EEUU, es una estrategia mucho más sensata dejar que su irradiación cultural y económica llegue a la isla como un factor de influencia para el cambio hacia un régimen más democrático en la isla.. Las puertas abiertas muchas veces conquistan más que las cerradas.

Andrés Paredes

Relaciones Internacionales y otros conteos regresivos